Snow White (Mark Ryden)

sábado, 9 de julio de 2011

Quiso e hizo

Quiso hacer punto. Las agujas están abandonadas en una bolsa dentro del armario, junto a un pequeño trozo de lana tejida de dudosa calidad textil. Cada verano ha pensado que el próximo invierno volverá a retomar esa... bufanda?

Quiso tocar la guitarra. El instrumento está cubierto de polvo en un rincón con una cuerda rota desde hace un par de años. Le da vergüenza no saber cambiarla y tener que sacar la guitarra a la calle sin funda. A veces la mira con cariño, se ha convertido en un símbolo.

Quiso estudiar derecho. Ya ni recuerda dónde dejó los libros del primer semestre que finalizó. Piensa que algún día, si vuelve a estudiar algo, será psicología. Quiere saber que lo hará.

Quiso adelgazar. Durante una semana comió plato único a mediodía y cenó verdura. Después volvió al menú completo. Cree que la única solución es hacerse vegetariana: metiendo convicción por ahí en medio igual encuentra la solución.

Quiso ponerse morena. Fue cada agosto a la playa. Tres, cuatro o cinco veces. No ha dejado de parecerse a la prima de Iniesta desde los doce años. Se plantea seriamente los rayos UVA.

Quiso hacer deporte. Dejó el gimnasio a los nueve meses, abandonó la bicicleta en una vida anterior y no pone demasiado empeño en que la Wii Fit funcione. Sabe que esta última opción es la mayor esperanza.

Quiso aprender inglés, ir a Londres, veranear en la Gomera, comer coliflor, conocer a Punset, hacer teatro, vivir sola, ponerse tacones, quedar con desconocidos, teñirse el pelo de negro, hacerse un tatuaje, comer un arrocito en Castellón, ir a Finisterre, hacer una quiche, beber un Old Fashioned, escribir un blog. Y lo hizo. Todo.

Creyó que podría ser perraquismo o procastinación. Hasta que descubrió que se trataba de hedonismo. Y desde entonces, es más feliz. 

Yo crecí en los 80 y sobreviví

martes, 7 de junio de 2011

Weekend notes (03-05/06/11)

Música para nuestros oídos: A destacar tres canciones por diversos motivos. “Fallen-Presuntos Implicados + Randy Crawford”, efectivamente, me ha dado un ataque y tengo un terrón de azúcar por corazón en estos momentos. “Crazy-Aerosmith”: a mí mola el vídeo y la canción… hay a quién, además, le molan las titis que aparecen… jajajajaja! “Rock DJ-Robbie Williams”: derecho a pataleta, ahora es a mí a quién le pone Robbie en este vídeo.

La caja tonta: la tuve puesta pero la ví más bien poco. Sólo recuerdo este documental que no me descubrió nada nuevo pero que me ayudó a dormir el sábado noche. Una se duerme con las cosas más inverosímiles, sí, qué pasa!

Maravillas del mundo: “Joali”, bar/cafetería pequeñita donde tomar algo para empezar la noche. Luces bajas, fotos de cine en las paredes, música tranquila (creo recordar que sobre todo era música negra). Las mesas y las sillas son bajitas y no muy cómodas, sólo aptas para sentarte con alguien con quien tengas confianza. “Bristol Blue”, típica taberna inglesa muy grande, con futbolín, música… muy cómodo, e ideal para tomar cerveza. Yo tomé una muy buena cuyo nombre espero que me recuerde mediante un comentario a este post mi acompañante en ese momento. ;) Y para acabar, los míticos "Alfa" y "El Dorado". El Alfa siempre me pasa que lo cojo con ganas pero luego me decepciona: en este caso los camareros me resultaron de lo más lentos y antipáticos. En cualquier caso, le daré una segunda oportunidad, ahora le he cogido cariño al local… J Y el Dorado como siempre, camareros muy simpáticos y ágiles, música mediocre, ambiente sencillo y agradable… un sitio donde siempre se puede pasar un buen rato sin pretensiones.

Frases célebres: “Despiértate o me voy”, “La cuestión es que ella tiene una criatura”

A destacar: Tú! :P

miércoles, 18 de mayo de 2011

Ella lo quería mucho. Él, por su parte, la amaba profundamente sin darlo a conocer.

Ver y seguir caminando

Si hubieras sido capaz de verme, no de mirarme, de verme. Si hubieras logrado intuirme las entrañas sin pretender devorarlas. Si, como vestido de transparencia, hubieras tomado con las dos manos mi ensoñadora voluntad. Si lo hubieras hecho, me habría hundido en tus recovecos sin temor a perderme. Con calma, sin barreras, me habría dejado mecer por el tiempo sin esperas.

Cuando me mirabas, tus ojos se vestían de miedo y frenaban mi serenidad. Miedo al peligro, el más terrible y paralizante de los miedos. Otorgándote libertad a ti mismo podrías haberme visto, aunque sólo fuera por un instante, desnuda por dentro. Habrías descubierto la serenidad de mis impulsos, mucho más refrenables de lo que quisiste sospechar. Nunca debiste temer por mí. A fin de cuentas, estoy acostumbrada a lamerme las heridas. Con ello, te me enquistaste dentro.

Me mostraste tu camino y me pediste, en silencio y con huídas, que tomara el que suponías debía de ser el mío. Sutil displicencia la tuya. Pero los caminos no se eligen para los demás. Se buscan y, de repente, aparecen. Y entonces todo es tan sencillo como pasear.

Seguiré este sendero que no es el tuyo ni el que escogiste para mí. Espero poder ver siempre… y seguir caminando.

sábado, 14 de mayo de 2011

Un sordomudo parlanchín

No vuelvas a hacerlo más. Toda esa gente ya desvirtualizada de Twitter habrá pensado que eres alguien a quien no tomar en serio. Y tú,aunque sea en el fondo, no eres así. Vale, un poco sí. Pero también tienes vida interior, chaval. En estos casos tendrías que mostrarte, no sé... ¿más profundo? Joder... ese pavo al menos podría haber salido al andén y potar en una papelera. Qué asco.  

Cuando estás socialmente excitado te descontrolas. No tendrías que haber hablado tanto. Y tendrías que haber seguido tomando cañas. Habrías estado meando toda la noche, pero en este caso en la variedad no está el gusto, están una borrachera descomunal y una resaca demoledora.

Tantas unidades de alcohol variado te provocan incontinencia gestual. Llegas a un punto en el que además de taladrar a voces, parece que utilices el lenguaje de signos. Todo a la vez, a lo loco, como un loco. Un loco divertido. Un sordomudo parlanchín.  ¡Uy qué risa! Sí, sí. A las tías eso les divierte, pero no les pone cachondas. Y aquí estamos mi dolor de huevos y yo. También están Amy Winehouse y Courtney Love que vuelven de fiesta: señoritas, dejen paso que me apeo. Esto de volver en metro solo y post-borracho a las seis y media de la mañana es vintage. En cuanto llegue a casa lo twitteo.

¡Dios santo! ¡Ya es de día! ¡Siento que me desintegro! O como mínimo me quedaré ciego con tanta luz repentina. Me pesan las piernas. Así no llegaré a casa. Voy a desayunar de camino. Mi polla por un café con leche. Allí, por ejemplo.

Alguien debería decirle a esa mujer que atender a estas horas a hombres etílicos en sí mismos conlleva ciertos riesgos. Más aún si lo hace mientras chuperretea una piruleta con forma de corazón. Un hombre heterosexual, con ron en las venas y dolor de huevos. Un hombre que no ha pillado cacho, en resumen y sobretodo. No. No puede evitar pensar en una mamada ante tal estampa. Sólo puede limitarse a disimular. Hasta que se le acerca la Diosa Lollipop cuenta en mano:

-      ¿Todo bien?

Gilipollas. Eres gilipollas. ¿Dónde estaba alojado eso? ¿Por qué lo he soltado ahora? Menuda cara de pena que ha puesto la tía. Cualquier posibilidad de convertir fantasía en realidad a la mierda. La historia de mi vida. Que se quede con el cambio.

¿Cómo he llegado a la puerta de casa? Cuando me desplazo de un sitio a otro sin ser consciente del desplazamiento en sí me asusto un poco. Pero enseguida se me pasa. Ya se me ha pasado.

Ya estamos con la ballena. Ya no puedo dar los buenos días a nadie. Sólo a mí. Buenos días. 

viernes, 6 de mayo de 2011

ComalcOOL - Para qué correr

Tras la tremenda alegría al ver que mi queridísimo Llantias se ha hecho seguidor de mi humilde blog, no puedo más que rendirle homenaje con este vídeo. Qué grande Llantias, y qué grande ComalcOOL! ;)

viernes, 8 de abril de 2011

Regalo de Laura

Hace escasos minutos, mi amiga Laura me ha enviado esta canción. Soy la versión en femenino de todo lo que cuenta!!!! Me voy a hartar de escucharla!!! Moooooltes gràcies!!!!!!!


domingo, 20 de marzo de 2011

No volveré a escribir una entrada en domingo

Acabo de decidir no volver a escribir en el blog en domingo. O al menos no un domingo por la tarde/noche. 

Suelen (ets un pendó! Disculpas...) ser momentos de bajón y muy melancólicos. Me he dado cuenta que todos mis post domingueros tienen cierta pátina de apatía y tristeza. Así que este será el último escrito en el Día del Señor. Soy atea, pero es una forma de nombrar este día que siempre me ha hecho gracia. 

Así que, por no extenderme, incluyo un vídeo. Es una canción que me definiría a la perfección en el día de hoy. Lo único es que hoy no llueve, que no tengo carnet de conducir y que ayer nadie me habló sobre el cielo azul

lunes, 7 de marzo de 2011

La sencillez de la felicidad

Lunes 7 de marzo de 2011. Camino sobre las 18:45h por la Calle Joan Blanques dirección Travessera de Gràcia. Voy en esa dirección sin motivo concreto, simplemente he salido a comprar tabaco y he decidido seguir caminando sin rumbo fijo.

A lo lejos, veo a una niña, de no más de tres años. Me fijo en ella básicamente porque la veo sola, caminando con esos andares dulcemente torpes que tienen los niños a esa edad. El anorak con capucha incluída que lleva puesto no ayuda precisamente a la gracilidad de sus movimientos, lo cual la hace aún más hermosa y entrañable. Según me voy acercando, veo que detrás de una furgoneta que está aparcada justo delante de la niña, hay una mujer que me está mirando sonriendo. Entiendo que es su madre y que ambas están jugando, o al menos la madre lo está haciendo y la niña, simplemente, está descubriendo. Me sorprende la tranquilidad y la alegría con las que la niña da esos pasitos sola, buscando a su madre pero sin ningún tipo de miedo, sin quejas, sin lloros. Es como si disfrutara de esa aventura de estar sola de repente, sabiendo que, en algún lugar, cerca, está la persona que la hace sentir segura.

La pequeña mujer ya me ha visto, estamos muy cerca. Sigue andando hacia mi y, sin saberlo, hacia su madre, que está al torcer la furgoneta. Fija su mirada en mí, le sonrío, me sonríe y sigue dando esos saltitos con los que se desplaza con aún más energía. Contengo mis ganas de correr hacia ella, abrazarla y llenarle la cara de besos, más que nada porque la madre creería que soy una esquizofrénica que quiere raptar a su hija. No es plan de montar un escándalo público por no poder refrenar mis surrealistas antojos.

Ya prácticamente delante la una de la otra, le hago un gesto con la cabeza, convirtiéndome en la chivata que le indica dónde está su madre, que se da cuenta y sonriendo aún más, sigue bordeando la furgoneta para que, cuando la niña llegue, no la vea. Tras mi movimiento de cabeza, acabo de alucinar cuando la niña me sonríe pícaramente con complicidad, a lo que yo respondo con el mismo gesto. Ella empieza a decir "Mamaaaaa? Mamaaaaa?", con ese tonillo travieso de "hago ver que no sé dónde estás, pero yo lo sé". En ese punto yo sigo caminando y las dejo atrás, con un "Aquí estoy!" de la madre y las risas de ambas.

Algo que puede parecer tan tonto, me ha dado mucho que pensar y me ha alegrado el paseo. Desde luego no miento cuando digo que a mí, es muy sencillo hacerme feliz.

PD: Sin tener nada que ver, no quiero dejar de enumerar otra serie de cosas que este fin de semana me han hecho feliz: la cara de mi madre probándose la ropa nueva que le hemos regalado por su cumpleaños, conocer a Montse y a Victor, reencontrarme con Santi y con Moni, descubrir el Campari Milano Cocktail Bar y a su cocktelero (aunque sigo pensando que Tirsa es la mejor cocktelería de Barcelona), saber qué hace un ingeniero de pozos petrolíferos con Cristian, volver al Karma, repartir caramelos entre los vendedores de cervezas de la Plaza Real con Al y esta canción que el vigilante de mis siestas me ha enviado hoy:

domingo, 27 de febrero de 2011

Obsesiones

Me temo que soy obcecada. E impulsiva. Y un poco neurótica. Vamos, una joya. 

Una vez asumidos mis principales defectos y observándolos en perspectiva, creo que podría ser mucho peor persona. Si fuera intolerante, egoísta y presuntuosa no me aguantaría a mí misma, por ejemplo. 

Soy consciente de mis virtudes también, que son varias pero no estoy por la labor de enumerarlas, no sería nada elegante hacerlo. 

Lo cierto es que no quiero "entrar en materia". Hay una motivación clara en este post que no me apetece compartir.

¿No entiendes nada, verdad? Añado la dispersión y el aturrullamiento verbal a mi lista de defectos. Al menos así lograrás entender por qué no entiendes nada.

La culpa de todo este sinsentido materializado en post lo tiene este vídeo. Esto sí que lo confieso. 

Que lo disfrutes.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Soy bombera

Hoy (ayer) me ha llegado un mail del Responsable de Seguridad del lugar donde trabajo. Pedía que confirmáramos los equipos responsables de planta del plan de emergencia, comunmente conocidos como “los bomberos”. Resulta que yo estoy al frente de tan honrosa misión, con dos discípulos a mis espaldas.

Hace tres años me pidieron por favor que cumpliera con este cargazo, ya que se trata de algo voluntario. Sinceramente, acepté porque los responsables de las otras plantas son amigos más que compañeros y nos pegaríamos una excursión anual para hacer el tontolculo en el Parque de Bomberos.

Sólo he ido a una de esas excursiones. Fue divertido estar jugando con fuego, mangueras, extintores y bomberos, sobretodo con los bomberos. Pero resulta que regresé a mi casa con las rodillas llenas de unos morados de tal calibre que tardaron semanas en desaparecer. Por entonces tenía pareja estable, así que tampoco me servían para alardear de sexo del duro a cuatro patas. Sólo me sirvieron para recordarme cada día ante el espejo que había sido un Madelman vestido con mono naranja y casco fucsia durante un día. Algo que, francamente, habría preferido que nada ni nadie me recordara.

Otra de las ventajas de ser bombera jefe de mi planta, es que puedes hacer un curso de primeros auxilios. Me pareció interesante y lo realicé. Estaba en un grupo formado por tres chicos y yo. Dos de ellos se marearon hasta el desmayo cuando nos pintamos los brazos con rotulador rojo para simular heridas. El único que no se mareó, era gay. Esto hizo tambalear mi fe en la fortaleza del hombre heterosexual. Y el muñeco de látex sin piernas ni brazos al que tuvimos que aplicar la reanimación cardiopulmonar tampoco contribuyó a recuperar mi fe en el género masculino. Al final, la enfermera que nos explicó las técnicas de movilización de heridos, decidió tomarme a mí como conejillo de indias para que el resto me desplazara de un lado a otro. Teniendo en cuenta que les sacaba dos cabezas a todos y como mínimo cinco quilos a cada uno, resultaba como poco peculiar.

Además de todo esto, tengo un walkie. De vez en cuando, me llaman para hacer comprobaciones. Yo nunca recuerdo a la primera al botón que tengo que dar para hablar, resulta de lo más cómico escuchar al de seguridad repetidas veces “Llamando a 210. Llamando a 210. ¿Me recibe?” y a mí trasteando con los botones hasta que acierto. En esos momentos de show cómico, mis compañeros escuchan atentamente y dejan de trabajar para ver mi respuesta que no es más que “Aquí 210. Recibido. Corto y cambio”. Pero les encanta. Les resulta super molón. Yavestruz...

Y luego llega el momento estrella del año. El momento en el que empiezan a sonar las alarmas de todo el edificio y se oye una voz por megafonía que va diciendo repetidamente: “Por favor, desalojen la planta”. Entonces yo, me planto el chaleco naranja fosforito, pillo el walkie y saco de los despachos a los jefes, grito al resto de empleados que muevan el culo y les indico la puerta por dónde tienen que salir sin prisa, pero sin pausa. Como la churri de megafonía no dice en ningún momento que se trata de un simulacro, siempre aparece ante mí alguien con cara de pánico preguntándome si la cosa va en serio. Entonces le digo que no, que tranquilo. Se corre la voz y la peña va bajando con una pachorra alucinante por las escaleras de emergencia. Yo reviso que no quede nadie en la planta, le doy al botón de planta desalojada y salgo a la escalera de emergencia donde siempre y sin excepción, hay un tapón de gente que mira, pasaba por allí. Así que la practicidad del simulacro brilla por su ausencia.

Al recibir esta mañana el mail de confirmación de equipo, he pensado en renunciar a mi cargo (no remunerado, por cierto). Pero entonces ha aparecido uno de mis dos discípulos, nueva incorporación este año al clan de bomberos. El hombre, super emocionado, me preguntaba “¿Confirmas tú?¿Confirmas tú?”. Y sí, me ha contagiado su emoción y he confirmado, por mí, y por mi equipo.

Así que este año volveré a ir de excursión al parque de bomberos. Eso sí, no pienso ponerme de rodillas sobre rejillas de hierro para apagar fuegos. Sólo jugaré con las mangueras, los extintores y, como no, con mis colegas, los bomberos. Y mi discípulo, el emocionao, que se llene las rodillas de morados si quiere y se deje desplazar por sus compañeros caguetas del grupo de primeros auxilios. Los galones deben servir para algo, ¿no?

domingo, 20 de febrero de 2011

Precioso regalo de GardeniaColt (http://urbancloset.es/) para esta mañana de domingo



Intencionalidad no premeditada

Ayer un nuevo (y buenísimo) amigo me dijo que tenía muy abandonado el blog. Esas palabras resuenan en mi cabeza desde entonces. Y mi conciencia ya ha dicho basta. Estoy siendo perra incluso para esto y no puede ser.

Además descubrí que otro nuevo (e interesantísimo) amigo había entrado también aquí. ¡Y acabo de ver que un amigo de toda la vida (que no enlazo porque no tiene blog) se ha hecho seguidor! Así que de repente me ha entrado una vergüenza tremenda por tener tan poco que ofrecer por estos mundos.

En este punto me planteo, ¿pero lo que escribo puede interesar a alguien? Son divagaciones sin ningún sentido. Si al menos fueran textos rollo el club de la comedia que hicieran pensar: "¡Oh! ¡Qué mujer tan ocurrente!", me sentiría más en paz conmigo misma. O si escribiera sobre política, música, tecnología, cocina, moda o bricolage, podría sentirme útil virtualmente hablando. Pero tampoco.

Podría intentar escribir relatos cortos. En mi adolescencia me dio por ahí durante una temporada. Lo cierto es que gracias a ello gané, año tras año, todos los "Jocs Florals" durante el colegio y el instituto. Cada primavera me ponía las botas comprando libros y CDs en el Abacus con el vale que me daban como premio. ¡Qué tiempos aquellos en los que sacaba partido de la literatura! ¡Jajajajaaaaa! La cuestión es que ya no tengo ganas ni inspiración para inventar y narrar historias. Así que los relatos cortos no, tampoco son una opción para mi blog.

Escribo sin la más mínima intención. Podríamos hablar de escritura mecánica deliberada. Que al ser deliberada dejaría de ser mecánica. Escribo sobre lo primero que me viene a la cabeza. He intentado anotar temas para después desarrollarlos. Pero luego me quedo en blanco. Y es que creo que yo escribo por naturaleza. Porque me apetece y me sale así, de repente. Lo concibo como algo terapéutico.

Esto último, concebirlo como algo terapéutico, me ha recordado algo sobre lo que podría escribir. Al final resultará que para mí estos post serán eslabones de una cadena que me acabarán llevando de tema en tema sin querer. Y para quien cometa la osadía de leerme, las piezas del puzle que conforma mi persona.

He aquí mi humilde intencionalidad no premeditada.

viernes, 11 de febrero de 2011

Now that I'm thinking... I just push it for the music in my mind...

La intrascendencia de lo trascendente

Yo sé que mantener una conversación con mi madre hay personas a las que les puede poner nerviosas. Sobretodo si pretendes tener una conversación más o menos profunda con ella, en la que necesitas que te escuchen. Porque mi madre escuchar como que no escucha bien. Y no me refiero a que esté sorda. Me refiero a que pasa por encima de todo lo que le expliques a una velocidad pasmosa.

Bien, pues a mí hablar con mi madre cuando estoy cabreada por algo me resulta de lo más terapéutico. Uno normalmente se toma muy en serio a sí mismo y a sus cosas. Pues al contarle a ella esas cosas "tan serias", ella dá una breve opinión, un fugaz consejo y acto seguido pasa a explicarte pormenorizadamente las comidas que va a preparar ese día, que a la Paquita, la vecina, el otro día se le murió el periquito y que cuando fue al mercadillo a cambiar unos calzoncillos tuvo que disimular cuando apareció la policía y el gitano se fue corriendo con su mercancía. A todo esto tu vas diciendo "ahá", "claro", "hay que ver"... y poco más. Yo creo que mi madre ha debido de hacer algún curso de inmersión sin oxígeno, porque no conozco a nadie capaz de hablar sin pausa a su ritmo. ¿Dónde tendrá el mono de neopreno escondido?

Así que acabas la conversación (o la audición) riéndote. Porque otra cosa no, pero mi madre graciosa y surrealista lo es al máximo. Y entonces me digo a mi misma "Si mi madre no le ha dado importancia, entonces será que no es tan importante". Y me relajo. Y además con el tiempo descubro siempre que así es, que en realidad no era tan importante.

Muy pocas veces he visto a mi madre preocupada por algo que le explicara y cuando ha sido así, entonces sí que ha sido algo trascendente. Así que confío 100% en su criterio por lo que respecta a la seriedad o falta de seriedad de mis comidas de olla. Y es que yo a veces, me escucho demasiado.

Mamá, gracias por no escucharme cuando lo necesito.

viernes, 4 de febrero de 2011

Sorpresa sin mayor trascendencia

Viaje en el metro a las ocho de la mañana. Voy echándome unas risas con mis compañeras vía email a costa de los jefes. Hacen chats entre ellos con nosotras en copia y claro, nos dan carnaza sin saberlo (panda de ingenuos...). Voy también mirando el Twitter , a ver qué ha pasado en el mundo y respondiendo lo que toque. En fin, pura rutina matinal acompañada por mi mp3. Son esos momentos en los que vas absorta y aún estás tan dormida que no te apetece más que meterte en tí misma y en tus cosas.

Llevo puestas las bambas y las botas-zanco en el bolso, para probarlas en la oficina. Que por cierto, a pesar de las apariencias, están resultando bastante cómodas. Con esos tacones parecen armas de destrucción podal. Llevaban semanas en mi armario sin ser estrenadas, mirándome y diciéndome “Ya verás, petarda... te vamos a destrozar los pies y no nos usarás más que una vez en toda tu puñetera vida...¡freedom forever!” Pues sus váis a enterar, ¡par de furciacas! Esta noche las voy a rebentar a base de bailoteo, ¡que se jodan! Y por si acaso, me he comprado unas plantillas de gel, así que no oséis en molestarme ni un poco porque pondré remedio enseguida y saltaré y pisotearé el suelo con aún más fuerza para desgastaros las putas suelas, ¡so guarrucias! Vuestra función es hacer mis piernas más largas (que ya lo son mucho, vale... ¡pero más!) y delgadas (que no lo son para nada), ¡así que cumplir con vuestro trabajo, que para algo he pagado por vosotras!



Bueno, a lo que iba, que esto no pretendía ser un ataque indiscriminado hacia mis botas nuevas. Pues que iba yo en mi mundo, en mis cositas, naranieroooo, naranieroooo. Y de repente recibo un email del soporte informático de mi empresa que me dice “Mira hacia arriba”. Yo pongo cara de “¿Qué está sucediendo?”, miro con ojos legañosos a un lado, a otro, hasta que mi cerebro responde a la orden “hacia arriba” y veo la cara de uno de los informáticos. A todo esto había una chica que me observaba con ojos alegres, hasta que yo he abierto la boca para soltar:”Hostia Marc!Perdona,es que voy sobada y enganchada al Twitter” y ella ha asomado a su rostro un rictus de decepción. Y es que en sí, lo acontecido sería de lo más romántico en otro contexto. A mí al menos me encantaría que sucediera, que ese email no hubiera sido del informático, que es muy majo,pero no es ninguno de los hombres de mis sueños.

La mujer de hoy en día es fuerte, independiente y bla, bla, bla... pero en el fondo, todas somos unas románticas empedernidas. La emoción de la sorpresa nos persigue a todas. Hoy a esa chica que me observaba, le ha decepcionado la cruda y dura realidad de un viaje matinal en metro sin mayor trascendencia. Esa es la cuestión.

martes, 1 de febrero de 2011

Desfriada

Quisera estar desfriada. Que un calorcito gustoso recorriera mi cuerpo y desintegrara la tos y por qué no decirlo, los mocos que me impiden respirar con relativa normalidad. Mi respiración siempre es relativamente normal, debido a un evidente desvío de mi tabique nasal. Y no. Tampoco creáis que por tener una napia de considerables dimensiones se respira mejor. Una napia de tales dimensiones sólo sirve para:

a) Enloquecer a algunos depravados con fijación por las narizotas

b) Horrorizar a los amantes de las muñequitas de narices respingonas


A mí personalmente siempre me ha gustado mi tocha que, curiosamente, jamás fue ridiculizada a lo largo de mi infancia y adolescencia. El hecho de llevarla ahí en medio con pleno orgullo debió contribuir a que, por increíble que parezca, pasara despercibida en plena etapa de crueldad infanto-adolescentil.

También quisiera estar desfriada para que mis ojos no parecieran los de una oriental llorona. En mi nano estudio cool hay un armario de espejo de pared a pared. Y ahí me veo, tumbada en la cama mientras escribo toda esta sarta de tontunadas. Parezco una muñeca china de cera con una nariz gigante. Tamaño mega Rosaura, eso sí.

¿Os dáis cuenta de lo mucho que me gusta inventar palabras? Sólo en este post: desfriada, infanto-adolescentil y tontunadas. Algún día dedicaré una entrada a mis tacos inventados, entre los cuales el de mayor éxito es putarranca.

Me apetecen spaguetti a la carbonara. Sólo son las 10:39h.

¡Qué buena forma de acabar este febril y delirante post!


lunes, 31 de enero de 2011

Sinceramente felices

¿Está permitido cambiar? Cambiar de costumbres, de pensamiento, de aspecto. Parece que cuando das tu opinión nada ni nadie puede convencerte de lo contrario, ni tan sólo aportar un nuevo matiz a lo que creías en base a nuevos argumentos. Si de repente te da por modificar tus rutinas, siempre aparece alguien que dictamina que “algo raro te pasa”. Cuando te cortas el pelo, cambias tu estilo de vestir o te haces un nuevo tatuaje, múltiples miradas de ojillos entrecerrados te escudriñan,como si algo así fuera síntoma indiscutible de debilidad de carácter o prueba palpable de la existencia de algún problema.

¿Hay que excusarse por cambiar? Parto del punto de vista en el que a lo lejos se vislumbra tolerancia de dentro a fuera. Creo que hay que ser tolerante con uno mismo para poder jactarse de que se es con los demás. Y en ese punto en el que me encuentro, mi respuesta es no. No hay que excusarse. Hay que tener la libertad de modificarse a uno mismo, sin motivos, porque de repente surge así. Es un acto natural.

Nunca he sido amiga de racioanalizar las emociones y a fin de cuentas, los cambios voluntarios salen de las entrañas. Los cambios son emociones materializadas. Los cambios son cosas de valientes que no temen experimentar, vivir, soñar.

Después están los que se hacen una idea determinada de las personas en base a alguna o algunas facetas concretas del individuo. Y comprobar que esa persona es muchas cosas a la vez les defrauda. Como si no se pudiera ser abierto y tìmido a la vez. O subversivo y costumbrista a ratos. O activo y tranquilo a veces. Y quien no es muchas cosas a la vez, aburre muchísimo. Por abierto, subversivo y activo que sea, el inmovilismo de carácter provoca sopor. Es “antiempático”.

En cualquier caso, no hay obligación de cambio, pero contemplar la posibilidad de hacerlo y de que los demás lo hagan, es condición indispensable para ser sinceramente felices.

Hand in my pocket http://www.youtube.com/watch?v=hGjaaQAvSTA

domingo, 30 de enero de 2011

The Big Bang

Inmersa en una bostezosa tarde de domingo, decido crear un blog. Tras varios meses pensando en ponerme a ello, me da por darle forma en el momento menos inspiracional posible. Podría alegar por ello un espíritu aventurero, que me lleva  a dejar que vuele la creatividad y sin red. Pero no. Se trata de aburrimiento. Si lo hago ahora y no lo he hecho antes, ni lo haré después, no es más que por estar ociosa.

Este post no es más que un experimento para comprobar lo bien o lo mal que queda una vez publicado en ese blog lleno de chucherías que he parido sin gestación previa. ¡Cosas del Espíritu Santo! Llama la atención que siendo una gran amante del color negro, haya llenado de colorines este espacio...

Bueno, pues teniendo en cuenta la finalidad de esta entrada, con toda probabilidad será más extensa de lo que sería aconsejable en estos casos. Mi querencia a la parrafada queda reflejada de inicio. ¿Y qué? ¡Es mi blog y escribo lo que quiero! Qué gozada.

Tras este Big Bang, esperaré al menos una semana para hacerlo público a mis contactos. No creo que vaya a causar sensación entre ellos, pero aunque sea por vergüenza torera, querría tener algo más que ofrecer que este escrito.

Ahora, sólo queda mantener la ilusión y llenar esto de divagaciones día a día.

Bienvenida a tu blog, nena! Que lo disfrutes!